Hola coleguis.
La semana pasada, un par de días cuando la jefa llegó a casa, encontró cosas raras. Primero pensó, "fantasmas". Teniendo en cuenta que vivimos en una casa del año 1880, no seria raro no?
Pero no.
El primer día, encontró una silla en el piso, el paño de la mesa del comedor también y un posa vasos de corcho mordido en las puntas.
Esto último, le alertó que algún perrito había sido, pero la despistó que el posa vasos aun estuviera sobre la mesa. Como si alguien lo hubiera puesto ahí de nuevo.
Al día siguiente, encontró, el paño de la mesa en el suelo y arrugado. Pensó, "fantasmas no pueden ser, seguro fue el pequeño pero como"
Me miro, mi cara de pena y penita pena que le pongo, y me dijo "ya te pillaré".
AL otro día corrió el sofá para que no topara con la mesa pensando que por ahí me subía.
Hasta que este fin de semana me pillo, cuando estaba a punto de saltar.
Pues si, yo era el fantasma. Como me subo a todos lados, quería experimentar en subirme también a su mesa.
Se enfadó, me regaño un poco, pero nada más. Juro que cuando la jefa se enfada por algo mejor hacerle caso porque cualquiera le lleva la contra. Yo lo intenté en el pasado, pero gano ella, como debe ser.
Yo baje la cabeza y me hice el tiernecito, prometiendo nunca más volver a subirme, le puse esta cara y con mis ojitos melosos la convensí.
Por ahora, eso si.
Guagui.